domingo, 22 de octubre de 2017

Propiedades mecánicas del hueso

El esqueleto humano constituye el elemento pasivo de nuestro aparato locomotor de modo que las fuerzas son transmitidas de un hueso a otro a través de las articulaciones, permitiendo a nuestro organismo una gran diversidad de posturas y movimientos.
Para poder ejercer su función el hueso tiene tres propiedades mecánicas fundamentales que son la resistencia, la rigidez y elasticidad.

El hueso cortical y el hueso esponjoso presentan una estructura diferente lo cual condiciona, a un comportamiento mecánico también distinto. El hueso cortical es más rígido que el esponjoso y puede soportar más carga pero menos deformación que este último.

El hueso cortical se fractura cuando su deformación excede el 2 % de su longitud inicial mientras que el hueso esponjoso soporta hasta el 7 % de deformación. Asimismo, debido a su estructura porosa, el hueso esponjoso parece tener mayor capacidad de almacenamiento energético.

El hueso es un material anisotrópico y, por tanto, se comporta desde un punto de vista mecánico de forma diferente en función de la dirección en que se aplique una fuerza.
Es más resistente a la compresión en sentido longitudinal que en sentido radial o tangencial.

Se ha podido comprobar también que el hueso seco es más resistente que el hueso hidratado. Este fenómeno depende de la velocidad de aplicación de la carga: si ésta se aplica en forma de impacto, el hueso hidratado se vuelve mucho más resistente, y presenta mayor capacidad de absorción energética.
Este hecho pone en evidencia otra característica mecánica del hueso que es su viscoelasticidad.

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